Desde que Google anunció el modelo de suscripción de Stadia no ha parado de recibir críticas. Muchas personas esperaban ver un servicio como el Game Pass de Microsoft, donde pagamos una suscripción mensual y tenemos acceso a todo el catálogo. Sin embargo Stadia no es el Netflix de los videojuegos, y eso es bueno. A continuación contamos por qué:
Antes de empezar me gustaría aclarar una cosa: esto es solo una opinión, estoy abierto a debatir todos los argumentos y acepto todas las críticas siempre y cuando estén fundamentadas. Como no me conocéis personalmente, confieso que soy desarrollador de videojuegos por lo que voy a dar mi opinión como «profesional» y como jugador.
Desarrolladores vs jugadores
Cuando Google presentó Stadia por primera vez en marzo de 2019 no mencionaron el modelo de monetización de la plataforma y cundió el pánico en redes sociales.
Muchos profesionales temían la llegada de una plataforma de videojuegos en streaming por la repercusión que podría llegar a tener un Netflix de los videojuegos en la industria, y razón no les faltaba. Recordemos que en esa época el Game Pass de Microsoft estaba despegando por lo que muchos creíamos que Google seguiría la misma estrategia. El problema de este modelo de negocio es que tiende a perjudicar a los estudios pequeños y a cierto tipo de juegos por la forma en la que se reparten los beneficios.
Para entrar en contexto Netflix paga una cantidad de dinero por tener una película o serie en su catálogo en función de lo que creen que vale y el éxito que creen que tendrá en la plataforma. En Spotify se paga una cantidad por cada reproducción según los ingresos totales que haya tenido la empresa. En OnLive, una de las primeras plataformas de juegos por streaming pagaban por meter un juego en su catálogo y también por horas jugadas. En cuanto al Game Pass no hay forma de saber cómo funciona ya que Microsoft lo mantiene en secreto, pero será similar a Netflix y OnLive.
En cualquier caso, si nos fijamos en todos estos servicios llegamos a una conclusión: cuanto más tiempo se juegue a un juego, más dinero se va a llevar el dueño del mismo. Esto significa que a la larga los juegos independientes o los que tengan campaña de un jugador dejarán de ser rentables ya que los jugadores consumirán juegos en línea. Dejaríamos de ver obras maestras como Hellblade, Alan Wake, The Last of Us… y el mercado se llenaría de otros como Fortnite o Call of Duty que ofrecen horas infinitas de juego.
Se que estoy exagerando al decir que estos juegos desaparecerán y tampoco estoy desprestigiando los juegos online, solo me pongo en el lado más pesimista de la balanza para remarcar lo que quiero decir. A fin de cuentas Microsoft, EA, Apple, Sony… todos están trabajando en su propia plataforma de streaming porque creen que es el futuro. Ubisoft, por ejemplo, confirmó que su catálogo de Uplay+ estará disponible mediante un modelo de suscripción tanto en PC como en Stadia.
Ahora bien, llega el 6 de junio de 2019 y Phil Harrison anuncia el precio de Stadia: una versión gratuita donde solo se paga por el juego y se puede jugar sin límite de tiempo a 1080p, y Stadia Pro que por 10€ al mes la resolución sube a 4K, sonido estéreo, juegos gratis mensuales y acceso a ofertas exclusivas.
Todas las personas preocupadas por si iba a convertirse en un Game Pass respiran aliviadas, pero esta vez son los jugadores los que se indignan por tener que comprar los juegos para poder jugarlos. Como dice el dicho, no se puede tener a nadie contento.
¿Comodidad o seguridad?
Como jugador que soy entiendo la comodidad que supone pagar una cuota de 10-20€ al mes y poder jugar a todo un catálogo, pero también comprendo que otros jugadores prefieran comprar un juego y no estar atado a suscripciones o a las desventajas que existen en este tipo de servicios como Netflix o Game Pass, donde retiran juegos constantemente y pierdes el acceso a ellos, cosa que en Stadia no pasa.
Muchas personas dicen que en Stadia los juegos no te pertenecen, y están equivocados. En Stadia al comprar un juego te pertenece en el sentido de que puedes jugarlo para siempre, y si lo retiran de la tienda vas a seguir teniendo acceso a él ya que has comprado el derecho de poder usarlo pase lo que pase. En el Game Pass, por ejemplo, tú alquilas los juegos y si los retiran no puedes seguir jugando a ellos.
A lo que iba, por poner un ejemplo yo compré en Stadia el Read Dead Redeption 2 a principios de año y todavía no me lo he pasado. Tengo tan poco tiempo para jugar que me sale más rentable comprarlo que pagar la suscripción de Microsoft. Pero no se trata solo de ahorrar dinero. Comprar un juego es mi manera de apoyar a la gente que lo ha hecho posible. Se que soy una minoría, pero personalmente prefiero pagar por un juego a alquilarlo ya sea en Stadia, Steam o UPlay. Por supuesto, esto no significa que no vaya a suscribirme nunca a estos servicios. He sido suscriptor del Game Pass durante varios meses y me ha servido para probar juegos que de otro forma no habría conocido.
No hay un servicio mejor o peor que otro, todos son distintos y pueden convivir juntos. Lo único que tenemos que tener en cuenta es que detrás de cada juego hay miles de personas que viven de ello: artistas, programadores, traductores… muchos de ellos trabajando de sol a sol para contentarnos a nosotros, los jugadores. Si dejamos de discutir sobre qué plataforma o consola es mejor que otra y aunamos ese esfuerzo en exigir mejores condiciones para los trabajadores conseguiremos juegos mejor acabados y, por muy cursi que suene, haremos del mundo del videojuego un lugar mejor.
Como ya he dicho antes, esto solo es una opinión. Os animo a que dejéis la vuestra en los comentarios y estaré encantado de hablar con vosotros, así que contadme: ¿cuántas plataformas de streaming utilizáis?¿Cómo creéis que será la industria en los próximos años? Y recordad…
¡Los bits son más rápidos que los átomos!
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